La ciudad que acuñó monedas con leyenda konbouto – ikezankom se ha relacionado por homofonía con Complutum, una ciudad carpetana (Plin. N.H. 3.2; Ptol. 2.6.56), para la que se han propuesto diversas localizaciones en la zona de Complutum, pero ninguna de ellas parece que reúne las condiciones para ello (Gozalbes et al. 2011: 338-339). A pesar de ello, constantemente se identifica con Alcalá de Henares (Beltrán 1980: 44; ACIP p. 300; DCPH II: 175; Curchin 2004: 153; Jordán 2007: 825; Estarán y Beltrán 2015: 123), aunque a veces con dudas. Otras localizaciones propuestas han sido la zona iacetana, en Jasa (Mateu y Llopis 1947: 50-51) y en Izana (Soria) (Gil Farrés 1953: 36-37). Decartamos la posibilidad de que la leyenda ikezankom tenga algún tipo de relación con ikalesken, no sólo por las diferencias estilísticas y técnicas, sino también por las ausencias de hallazgos significativos en la zona de Iniesta (Amela 2014: 2). La producción monetaria ha sido estudiada detenidamente por Roma Valdés (1996) y Amela (2014).
Los diseños que eligió para el anverso y el reverso fueron los habituales en las monedas celtibéricas. En el anverso lleva cabeza masculina imberbe con collar y peinado de arcos concéntricos; delante lleva un delfín y detrás la leyenda kombouto, en vertical. En el reverso lleva un jinete con lanza a la derecha y debajo la leyenda ikezankom, sobre línea. La ciudad consiguió los servicios de un buen grabador y un buen taller, que estuvo trabajando para otras ciudades de la Celtiberia. La pericia del taller no sólo se aprecia por la calidad del grabado de los cuños, sino también por la cantidad de monedas que lograron acuñar con ellos.
Las leyendas konbouto – ikezankom trazadas con epigrafía muy regular, fueron grabadas con signario celtibérico oriental. Al igual que otras leyendas con terminación en -kom, se ha considerado tradicionalmente que ikezankom es un genitivo plural (Untermann 1975: 295; de Hoz 2017: 128-129), siguiendo el modelo ΕΜΠΟΡΙΤΩΝ. Sin embargo, recientemente se está defendiendo que sea un adjetivo derivado del topónimo con un uso no etnonímico en nominativo-acusativo singular neutro (Villar 1995: 93, 107 y 1995: 342). Villar descarta que la leyenda konbouto sea un genitivo plural con la -m no escrita y sugiere que podría ser una abreviatura de *konboutom, al igual que belikio lo es de belikiom (Villar 1995: 90, 111, n. 12).
La producción monetaria fue muy modesta, ya que sólo se conoce una emisión de unidades de bronce, con un peso medio de ca. 9 g, acuñada con un único par de cuños (Roma Valdés 1996). En consecuencia, los hallazgos son extremadamente raros, ya que se conoce una pieza hallada en Villaricos (Murcia) (Fontenla 2014: 50) y otra procedente de Valderrebollo (Guadalajara) (Abascal 1995: 169). El estándar de peso, así como la semejanza estilística con las monedas de bronce de Sekobirikez sugiere que podría datarse en ca. 130-90 a.C.
PPRA