Zecche

Sekobirikez | Sekobirikes
| Pinilla Trasmonte, Burgos, Castilla y León, España

Las monedas de la ceca de Sekobirikez, localizada en la Meseta Norte (García-Bellido 1974 y 1994; DCPH II: 338), posiblemente en Alto de San Pedro, Pinilla Trasmonte, Burgos), conforman una de las producciones más importantes de finales del siglo II y primer tercio del I a.C. En la actualidad se admite que las monedas con leyenda sekobirikez no tienen ninguna relación con la ciudad romana de Segobriga, ya que estuvo en otro lugar y se fundó más tarde. La secuencia sekobirikez – SEGOBRIS – SEGOBRIGA se ha tomado como un argumento para defender la continuidad temporal de la ciudad, aunque con emplazamientos diferentes, consecuencia de un traslado forzoso de población desde la Meseta Norte a la Carpetania (García-Bellido 1994). No obstante, la identificación de Sekobirikez con la Segobriga romana no puede sostenerse sobre el argumento fonético, aunque se pueda establecer entre los dos términos una secuencia lingüística. Nada impide que el topónimo Segobriga se haya formado en fechas cercanas al cambio de era coincidiendo con la formación de un asentamiento de traza urbana (Ripollès y Abascal 1996: 19).

La producción monetaria de Sekobirikez no ha sido estudiada, razón por la cual desconocemos qué cantidad de cuños se utilizaron y cómo se ha de secuenciar el enorme número de monedas conservadas. La ordenación en el catálogo MIB responde a criterios formales, relacionados con el número de rizos y el tipo de collar en los retratos, así como la presencia de un pie, dos pies y/o clámide en el reverso. Acuñó un número muy elevado de denarios de plata y una modesta cantidad de monedas de cobre. Los denarios tienen un peso medio de ca. 3,60 g, que resulta bajo para el estándar de la época. Llama la atención la desproporción en cuanto al volumen de monedas acuñadas en plata y en cobre. La estimación de Villaronga (1995: 76) sobre el número de cuños empleados por Sekobirikez para los denarios es de 137, lo cual la sitúa en un posición media alta en relación con las cecas celtibéricas que acuñaron denarios. Parece bastante evidente que la mayor parte de la moneda que acuñó la ciudad estuvo destinada a financiar un gasto relevante, quizás el pago de tropas auxiliares o algún tipo de imposición romana. Los análisis metalográficos que se conocen revelan que, en conjunto, la plata no fue de alta calidad ni uniforme, ya que se atestiguan amplias variaciones. Las piezas analizadas muestran que la mayoría de ellas se acuñaron con un 80% de plata (Serafin 1988: 165; Parrado 1995: 124); aunque también se conocen porcentajes superiores al 90 % (Ripollès y Abascal 1995: 141).

Por lo que respecta al bronce, Sekobirikez, acuñó unidades de cobre, con un estándar de peso de 10,20 g, y mitades de cobre o bronce, está por determinar la composición metálica, con un peso medio de 4,08 g, algo bajo en relación con las unidades con las que presumiblemente están relacionadas. Por el número de monedas conservadas se deduce que fue una emisión importante, aunque sólo acuñara una única emisión. Los resultados de los análisis muestran que estas monedas se acuñaron con cobre puro (Abascal et al. 1996: 22-23; Ripollès y Abascal 1998: 40). El número de piezas analizadas es todavía escaso y se impone un poco de cautela, pero a la vista de la existencia de otras cecas celtibéricas (Titiakos, Ekualakos, Kueliokos, Kalakorikos y Turiazu), en las que también se utilizó el cobre puro para elaborar los cospeles, parece bastante claro que Sekobirikez también debe incluirse en este grupo singular y que tuvo acceso al cobre refinado.

Los diseños elegidos van en la línea de la iconografía dominante en Celtiberia. En los denarios y unidades de cobre se eligió para el anverso una cabeza masculina a derecha, con el cabello de rizos de arcos semicirculares enfrentados, en número variable; para el reverso un jinete con lanza, con o sin clámide, que a veces muestra un pie y a veces dos. Las mitades de cobre/bronce, en cambio, muestran en anverso una cabeza femenina con casco, que sigue el retrato de Roma de los denarios romanos, y en el reverso un león a derecha, una figura bastante singular en la iconografía monetaria de la península Ibérica. Una característica destacable del proceso técnico de fabricación de los cuños es el uso de puntos para encajar el diseño; llama la atención que el peinado formado por arcos concéntricos enfrentados lleven dos puntos en su interior y que cada uno de los arcos tenga un punto entre ellos, además de otros dispuestos en diversas partes del retrato. Estos puntos tuvieron la función de guía para el grabador, delimitando el espacio en el que debía grabarse el retrato; el mismo sistema se empleó para guiar el grabado de los reversos.

La leyenda sekobirikez aparece en todos los tipos monetarios trazada con gran regularidad. La única variación se reduce al nexo de los signos ke y z; en realidad se trata de tres cuños de denarios y uno de unidades en los que por falta de espacio se unieron los dos últimos signos. La leyenda está formada por dos elementos, sego- y brig-, que tienen un uso generalizado en la toponimia y onomástica celta (Albertos 1990; Villar 1995: 153-188; Prósper 2002: 357-382; García Alonso 2005; Almagro-Gorbea y Lorrio 2006-2007: 149-151). También se grabó la inicial del topónimo en el anverso, debajo del retrato. Existen varias propuestas de valoración de la leyenda, según el significado de su transcripción. Por una parte podría estar nombrando el topónimo en nominativo singular /Segobriks/ (Untermann 1975: 316; de Hoz 2017: 133) o en ablativo singular (Villar 1995: 342; Jordán 2007: 787, 791, 825); pero también se ha interpretado como un nombre étnico en nominativo del plural, aludiendo a los habitantes de la ciudad (de Hoz 2017: 133). Las marcas que aparecen entre los mechones del cabello (M y creciente) deben considerarse marcas de grabadores, según propuso Otero (1995).

Los denarios de Sekobirikes aparecen en algunos tesoros que presumiblemente se ocultaron hacia el año 100 ó 90 a.C. (Villaronga 1993: nº 51, 64, 66), sin embargo la mayor cantidad ha sido recuperada en ocultaciones de los años de las Guerras Sertorianas (Villaronga 1993: 47-52). Por lo que respecta a las unidades de cobre, el tesoro de Azaila contenía cinco piezas (Navascués 1971: 42, nº 22-26) que presentan un cierto deterioro, lo cual sugiere que se acuñaron algunas décadas antes de la ocultación. A partir de estos hallazgos sugerimos una horquilla cronológica para la emisión de las monedas de Sekobirikez comprendida entre 110-80 a.C.

PPRA

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Diccionario de Toponimia Histórica MECD Hesperia
2
3
5
2
4
Zecca
Ripostiglio
Rinvenimento
ca. 110-80 a.C.
Cinco rizos

Argento | Denario | 3,66 g | 18,67 mm

Argento | Denario | 3,48 g | 19 mm

Seis rizos
MIB 125/05, Seis rizos. Collar. Un pie
MIB 125/06, Seis rizos. Collar. Dos pies
MIB 125/07, Seis rizos. Collar doble. Un pie
MIB 125/08, Seis rizos. Collar doble. Dos pies

Argento | Denario | 3,61 g | 19,49 mm

MIB 125/09, Seis rizos. Collar doble. Dos pies. Clámide.
Siete rizos
MIB 125/11, Siete rizos. Collar. Dos pies

Argento | Denario | 3,56 g | 20,92 mm

MIB 125/12, Siete rizos. Collar doble. Un pie

Argento | Denario | 3,38 g | 18,9 mm

Argento | Denario | 3,59 g | 19,54 mm

Ocho rizos
MIB 125/14, Ocho rizos. Collar. Un pie

Argento | Denario | 3,61 g | 19,93 mm

Argento | Denario | 3,47 g | 18,8 mm

Argento | Denario | 3,64 g | 19,37 mm

Argento | Denario | 3,56 g | 19,39 mm

Argento | Denario | 3,68 g | 19,58 mm

Bronzo | Unità | 10,19 g | 25,03 mm

Bronzo | Mezza unità | 4,16 g | 19,19 mm

Bronzo | Unità | 9,69 g | 25,67 mm